Realizar un viaje a Laponia es viajar a la naturaleza, conocer las auroras boreales y un forma de vida distinta, que se puede hacer con niños en Navidad perfectamente pese a las temperaturas y al frío, de ahí que Diciembre sea uno de los meses que más visitantes atrae esta zona para conocer la casa de Santa Claus en Rovaniemi.
[toc]Viaje a Laponia – Niños y Navidad en naturaleza
A medida que el viajero se acerca al norte de Suecia las poblaciones escasean y resta la magia de una naturaleza fascinante y salvaje. Los amantes de la naturaleza descubrirán en esta zona un auténtico paraíso. Es Laponia, la tierra de los samís. Esta población originalmente nómada está asentada al norte de la península escandinava, y desde hace miles de años ocupan territorios que hoy pertenecen a Suecia, Noruega, Finlandia y Rusia.
Se caracterizan por ser la primera población que adaptó su forma de vida a las condiciones más duras del planeta, las del Círculo Polar Ártico. El intenso frío, los fuertes vientos y los cambios de luz entre las distintas estaciones del año hacían que esta población viviera aislada del resto de Suecia.
Aunque, a la vez, estas condiciones fomentaban una extraordinaria proximidad a la naturaleza. De hecho, su creencia religiosa sigue siendo animista, por lo que para los samis todos elementos de la naturaleza tienen alma. Sus orígenes los definen como una población nómada que siguen a sus rebaños de renos semidomesticados.
Ahora bien, con el paso de los años y la ayuda de la tecnología moderna, hay pocos lapones que continúan con este tipo de vida. Hasta hace unos años su economía se basaba en la cría de renos, pero hoy, a medida que se va diluyendo el nomadismo, sus actividades han ido complementándose con la explotación de la caza, la pesca y la artesanía. Eso si, los lapones mantienen firme la lucha por mantener su identidad, su lengua y su cultura, que poco tienen que ver con la del resto de habitantes de los países nórdicos.
Donde esta Laponia
La provincia del norte, Norrland, tiene una extensión de unos mil kilómetros de norte a sur, y uno de sus mayores atractivos consiste en vivir el sol de medianoche, que comienza a finales de mayo y dura hasta mediados de agosto. Decir que el sol brilla a medianoche puede parecer una contradicción, pero en esta zona ocurre, y no sólo brilla, sino que permanece sobre el horizonte durante todo el día y toda la noche. A partir de noviembre el fenómeno se invierte y comienza la larga noche ártica, una penumbra permanente que viene acompañada de otra sorprendente demostración astral, la aurora boreal.
Como otras ciudades laponas situadas a latitudes extremas, Kiruna es un magnífico escenario para presenciar uno de los fenómenos más fascinantes de Laponia sueca y de los países nórdicos en general, la aurora boreal, que surge sin previo aviso como una mancha gelatinosa que danza sobre la noche ártica.
En la Laponia sueca es un lugar perfecto donde ver auroras boreales y es que las luces de colores penden del cielo como una gran cortina deshilachada, con jirones fosforescentes que destellan antes de cambiar a tonos pálidos y desvanecerse. La magia del momento suele ir acompañada por el silbido gélido del viento y el aullido de los huskies, inquietos por la lluvia de protones. Entre ambos ponen la música de fondo a esta prodigiosa exhibición del firmamento, un espectáculo que, como todo lo bueno en tierras laponas, exige unas condiciones extremas y está rodeado de misterio.
A diferencia de otros fenómenos atmosféricos, no hay pronósticos ni hombres del tiempo que puedan prever la aparición de las auroras boreales, y aunque el mes de enero es el más propicio según los especialistas, pueden surgir en cualquier momento durante la larga noche ártica.
Que ver en Laponia
Una buena manera de llegar a Norrland es a través de Kiruna, donde hay un aeropuerto que conecta con la capital de Laponia. Se trata de la ciudad más septentrional de Suecia y está situada a unos 145 kilómetros al norte del Circulo Polar Ártico, entre dos montañas, Luossavaara y Kirunavaara. Kiruna cuenta con la mayor mina subterránea de hierro del mundo, con unos 500 millones de toneladas de mineral. La ciudad alberga la que posiblemente es la iglesia más bonita de la región, una mezcla del estilo de los kata sami (las típicas tiendas laponas) con las iglesias suecas.
A unos 85 kilómetros al oeste de Kiruna se levanta la montaña más alta de Suecia, Kebnekaise, de 2.111 metros de altitud. En esta zona es muy popular las prácticas de senderismo, esquí y los recorridos en trineos de perros. Ahora bien, se recomienda consultar con las oficinas de turismo de la región y tener en cuenta las temperaturas de la temporada, que en invierno en Laponia hace frio.
Al norte de Kiruna, en la localidad de Abisko, parte el Kungsleden, la ruta de senderismo más famosa de Suecia, que a través de 440 km va desde Abisko hasta Hemavan (al sur), atravesando el Kebnekaise y algunos de los parajes naturales más bellos del país. La ruta está muy bien señalizada y cuenta aproximadamente cada 20 km con un hut o cabaña- refugio, que suelen estar bastante llenas en verano.
A poco más de 200 kilómetros al sur de Kiruna se levanta la ciudad de Jokkmokk, muy especial por su tradicional mercado invernal, en el que venden todo tipo de productos, desde carne de reno a artesanía confeccionada por los samis. La ciudad fue fundada a principios del siglo XVII, cuando el rey de Suecia decidió la expansión hacia el norte, y en la actualidad cuenta con unos 8.000 habitantes.
Jokkmokk es un buen punto de partida para adentrarse en el corazón de Laponia, ya que hay autobuses diarios que conectan con los aeropuertos de Luleá y de Gällivare, así como a las estaciones de tren de Murjek, de Gällivare y de Boden. Desde la ciudad también se realizan interesantes excursiones a los parques nacionales de Sarek, Padjelanta, Stora Sjofallet y Muddus, así como a las reservas naturales de Kronogärd, Pärlälven y Serri, que forman parte del área de Laponia declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Viaje a Laponia con niños a conocer a Santa Claus
Hacer un viaje a Laponia con niños a conocer a Santa Claus se ha convertido en los últimos años en uno de los grandes atractivos del norte de Finlandia. La casa de Santa Claus en Laponia Finlandesa y más concretamente en Rovaniemi atrae a muchos turistas en Diciembre y fechas de Navidad.
Conocer a los elfos, llevar la carta en persona a Papa Noel y llegar a su casa en moto de nieve o montar en trineo tirado por perros Husky o renos, son algunas de las actividades que se pueden realizar con niños en estos viajes a Laponia en Navidad o en el puente de Diciembre, cuando son más habituales. Hoy en día podemos encontrar vuelos a Laponia Finlandia y viajes todo incluido que harán las delicias de los niños y mayores, porque a todo el mundo le gusta la Navidad.
Laponia sueca finlandesa
Se llaman a si mismos samis y fueron los primeros que, hace miles de años, contemplaron la belleza inhóspita y salvaje de las tierras aledañas al Círculo Polar Ártico. En el resto del mundo se les conoce como lapones, nombre que ellos atribuyen al proceso de aculturación al que se vieron sometidos por sus vecinos escandinavos.
Se calcula que en la actualidad son 60.000, repartidos en cuatro Estados que no existían cuando se afincaron en la región. En Suecia viven unos 20.000 samis, y el resto habitan en Noruega (unos 30.000), Finlandia (6.000) y Rusia (3.000). Si hasta no hace mucho tiempo este pueblo nómada realizaba ocho mudanzas al año siguiendo a sus rebaños de reno, en la actualidad sólo los pastores participan en las grandes migraciones. Aunque la dependencia de estos animales no es la misma que antaño, el reno sigue teniendo una presencia destacada en la vida de este pueblo.
Su carne es el plato predilecto, su piel se usa como abrigo, la grasa y la sangre tienen aplicaciones culinarias, con los huesos y cuernos se elaboran medicinas y artesanías, y hasta los tendones son utilizados para confeccionar los trajes tradicionales. Unas 400 palabras del idioma lapón tienen algo que ver con el reno y sus circunstancias.
Tras la Segunda Guerra Mundial y con el vertiginoso progreso de las sociedades nórdicas, los gobiernos escandinavos reconocieron al pueblo sami, el que a su vez se organizó en grupos y asociaciones dispuestos a recuperar los valores de identidad perdidos y a hacer tomar conciencia de sus derechos a los habitantes de estas tierras remotas.
Fue así como nació el Consejo Sami del Norte, una asamblea mediante la cual aún hoy los lapones se relacionan, discuten y solucionan sus conflictos de intereses con los gobiernos de los tres países escandinavos; y que aspira a convertirse en el futuro parlamento de los habitantes del Ártico.
Vacaciones en Laponia para amantes de la naturaleza
Suecia fue el primer país de Europa en instaurar la figura del Parque Nacional, cuando en 1909 se crearon nueve reservas de esta categoría. Entre ellas figuraban los actuales parque de Abisko, Pieljekaise, Sarek y Stora Sjófallet, que junto con Muddus (1942) y Padjelanta (1962) conforman los seis parques nacionales del norte de Laponia.
Estas reservas constituyen la mayor superficie continua de bosques y naturaleza virgen de Europa, protegida para defender el entorno de vida tradicional de los samis o lapones, de gran valor natural. Además, este grupo de parques nacionales están protegidos como tesoros naturales y culturales únicos e incluidos desde 1996 en la lista del Patrimonio de la Humanidad que elabora la UNESCO.
Con una superficie de casi 200.000 hectáreas, el Parque Nacional de Sarek, en la frontera con Noruega, es una de las mayores áreas salvaje de Europa. Situado a 60 km al norte del Circulo Polar Ártico, linda con otros dos parques nacionales, Stora Sjofallet al norte y Padjelanta al oeste; formando entre los tres una superficie protegida de 544.000 hectáreas (mayor que Cantabria). Sarek incluye unos cien glaciares, valles estrechos y unas 200 montañas que sobrepasan los 1.800 metros, entre las cuales destacan las cimas de Akkavare (1.881 m), Akatjákká (1.983 m), Apar (1.925 m), Polkattjákka (2.021 m), Sarekjakko (2.089 m) y Stortoppen (2.013 m).
Estas zonas ofrecen grandes posibilidades para el esquí de travesía, aunque los paisajes más bellos son probablemente los que envuelven el delta del río Rapa y el valle de Rapadalen. En este parque pueden verse especies como alces, linces, ciervos, zorros, ardillas rojas o águilas doradas; y en sus ríos abundan los salmones, truchas y lucios. Los restaurantes de la zona son especialmente recomendables para degustar pescados de río, que suelen cocinarse con eneldo y tiene un sabor muy particular.
El punto habitual para iniciar las travesías por el Parque Nacional de Sarek es la estación de montaña Kvikkjokk, a la que puede llegar con autobús desde Jokkmokk. Es necesario llevar equipo completo de travesía ya que las infraestructuras son muy escasas. El Parque Nacional de Stora Sjofallet abarca todo el sistema de lagos que forma el río de Stora Lule, en los municipios de Jokkmokk y de Gällivare.
Algunos de sus paisajes más representativos son los picos y glaciares del macizo de Akka, el bosque primitivo de pino en Vietas y el estrecho valle de Teusadalen, junto a la montaña de Kallaktjákká, al norte del parque. El popular sendero Kungsleden atraviesa esta parte norte de Stora Sjofallet, donde se pueden realizar travesías de varias jornadas o excursiones de un día. El acceso al parque se realiza a través de la localidad de Porjus, desde donde se continúa por la carretera que pasa Vietas y se adentra en la reserva.
El Parque Nacional de Padjelanta abarca un área de 198.000 hectáreas y constituye una de las zonas de montaña más bonitas de Suecia. Se trata de un gran altiplano, con montañas de cumbre aplanada y salpicado de grandes áreas lacustre, como los lagos Vastenjaure y Virihaure, este último con fama de ser el lago más bello de Suecia.
Entre los principales valores de Padjelanta destaca su riqueza botánica con más de 400 especies vegetales, un hecho singular en una región de montaña situada por encima del Círculo Polar Ártico. Hay también una vida animal inusualmente rica, con especies emblemáticas como el búho nival, el zorro ártico y el glotón, un curioso carnívoro de cuerpo robusto y pelaje denso, que en Europa solo vive en la península Escandinava y en el norte de Rusia, y que se encuentra en peligro de extinción.
Una de las mejoras formas de recorrer este parque es a través del sendero conocido como Padjelantaleden, que va desde Kvikkjokk, al sur, hasta la localidad de Rijtsem, ya dentro del vecino parque de Stora Sjofallet, situado más al norte. El Parque Nacional de Abisko pertenece al municipio de Kiruna, el más septentrional de Suecia.
Abarca el lago Tornetrask, junto al cual se levanta la pequeña aldea de Abisko, y se extiende unos 15 kilómetros al suroeste. Curiosamente esta zona es una de las más soleadas del país, y la luz ártica compone paisajes impresionantes. La mejor panorámica del parque se obtiene desde lo alto del monte Njulla, al que se accede en teleférico.
El río Abiskojákka atraviesa todo el parque formando parajes de gran belleza, como el cañón situado cerca de su desembocadura, en cuyas paredes escarpadas se puede «leer» la historia geológica del área. El delta del río se cierra a las visitas entre 1/5 y el 31/7 para la protección de las aves que anidan. El popular sendero Kungsleden, que atraviesa la cadena montañosa escandinava, comienza (o acaba) en la aldea de Abisko y atraviesa todo el parque nacional. Se puede acceder a la zona en tren o coche desde Kiruna o Narvik.
En Skaite, a unos 190 kilómetros al sur de Kiruna, se abre el Parque Nacional de Muddus, creado en 1942. Se trata de una llanura de unas 50.000 hectáreas con interminables bosques de abetos y piceas, entre los que se encuentran inmensos árboles con más de 600 años. En este lugar también habitan especies como el osos, linces y glotones. Situado a unos diez kilómetros al sur de Jákkvikk, dentro del término municipal de Arjeplog, el Parque Nacional de Pieljekaise protege una gran extensión de bosque de abedules prácticamente intocada y solo interrumpidos por los lagos y algunos huts o cabaña samis dispersas entre la espesura.
En los prados del parque y bajo el gran manto verde del bosque surgen una gran variedad de plantas y hierbas, como es el caso del calderón, especie emblemática de este parque. Su situación apartada hace de este parque un paraíso para la fauna, entre la que no faltan los osos, zorros árticos, las águilas y los inefables glotones. La cumbre del monte Pieljekaise (1.138 m), al que se accede desde la localidad de Jákkvikk, ofrece la mejor panorámica del parque.
Realizar un viaje a Laponia es viajar a la naturaleza como decíamos al principio y viajar a otra forma de vida más primitiva donde las duras condiciones climáticas han llevado a sus habitantes a cambiar durante los siglos.