Rio de Janeiro que ver y que hacer en una ciudad que en los últimos años se ha convertido en un destino de vacaciones y turismo por el fútbol y los deportes, pero donde sus playas y su vida nocturna atraen a miles de turistas cada año.
Rio de Janeiro que ver y que hacer
Enclavada entre exuberantes montañas cubiertas de bosque e impresionantes playas, la Ciudade Maravilhosa o Rio de Janeiro hace gala de numerosos encantos. Otro de los encantadores rasgos de Rio de Janeiro es su espectacular paisaje compuesto de verdes montañas y playas de arenas doradas junto al intenso azul del mar que brindan todo tipo de aventuras.
- Diciembre a Febrero – Húmedos días de playa y un calendario cargado de fiestas, incluido el Carnaval.
- Abril a Mayo – Dias soleados pero más frescos, menos aglomeraciones y precios más bajos.
- Junio – Temporada baja, con temperaturas más frescas pero todavía mucha animación, sobre todo durante las Festas Juninas.
Historia
El explorador portugués Gonzalo Coelho fue el primer europeo en pisar Rio. En enero de 1502 entró en una enorme bahía que confundió con un río. de allí el nombre de la ciudad. La nueva población portuguesa se desarrolló a trompicones, pero en el s. XVII ya era la tercera más importante de Brasil, tras Salvador de Bahía y Recife-Olmda. Los numerosos esclavos africanos que llegaron al país hicieron prosperar las plantaciones de caña de azúcar y el país.
Más tarde, en el s. XVIII, se necesitarían aún más esclavos para extraer el oro descubierto en Minas Gerais. En 1807 el príncipe regente (posteriormente conocido como Juan VI) y su corte de 15 000 personas se trasladaron a Brasil para escapar de la inminente invasión portuguesa de Napoleón.
Juan VI se enamoró de esta tierra y declaró a Rio capital del Remo Unido de Portugal Brasil y Algarve. convirtiéndose en el único monarca europeo en gobernar desde una colonia del Nuevo Mundo. A finales del s. XIX. la población de la ciudad aumentó exponencialmente debido a la inmigración, tanto de Europa como del interior (sobre todo de antiguos esclavos de las regiones de los cafetales y de caña de azúcar que habían entrado en declive).
Las décadas de 1920 y 1950 representaron una época dorada para Rio de Janeiro. Con la inauguración de lujosos hoteles Rio se convirtió en un romántico y exótico destino para la alta sociedad y las estrellas de Hollywood. Durante los años sesenta surgieron varios rascacielos y desaparecieron algunos de los edificios antiguos más bonitos.
En paralelo crecieron hasta niveles alarmantes los barrios de con inmigrantes de las zonas pobres del noreste, es decir, la pobreza urbana, y la Ciudad Maravillosa empezó a perder su brillo a medida que aumentaba el crimen y la violencia. Con la entrada del nuevo milenio, los problemas sociales aún acuciaban a la ciudad, y la violencia seguía cobrándose miles de vidas, sobre todo en las favelas.
Las clases media y alta de Río de Janerio parecían casi resignadas a vivir en urbanizaciones cerradas y vigiladas. A resultas de un empeoramiento de la situación, el Gobierno brasileño ha invertido mucho dinero en la mejora de la higiene, las calles y la sanidad en los barrios de favelas. En el 2012 varias decenas de ellos se habían beneficiado de estos programas, cuyo objetivo final es llegar a las mil favelas de Río en el año 2020.
Lugares turisticos para visitar en Rio de Janeiro hay muchos y se necesitan más de 3, 4 o 5 días para conocer esta gran ciudad. La otrora poderosa «capital del Imperio brasileño» (como la bautizó un rey portugués) posee muchos más atractivos que sus playas. De las bohemias callejuelas del viejo barrio de Santa Teresa al encanto pueblerino de Urca, el Río colonial, las magníficas iglesias y las arboladas plazas proporcionan a los paseantes días de entretenimiento.
El centro histórico de Rio su laguna (Lagoa Rodrigo de Freitas) el exuberante Jardin Botánico y el bosque tropical atlántico que todavía engalana muchas partes de la ciudad deparan fascinantes itinerarios. También están las fantásticas vistas desde el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor, tranquilas islas en la bahía, playas de una belleza salvaje al oeste y animados mercados donde se
vende de todo, desde antiguos discos de samba hasta la ácida jabuticaba (una fruta autóctona del pais).
Playa de Ipanema – Rio de Janeiro
Dos de los destinos más encantadores del mundo, estos barrios disfrutan de una magnífica playa, además de cafés, bares y restaurantes al aire libre desperdigados por sus arboladas calles. En ellos se encontrará una mezcla de cariocas ricos, jóvenes y mayores, gays y heterosexuales.
Este largo tramo de la playa de Ipanema está salpicado de postos (puestos), que subdividen la playa en subculturas tan diversas como la propia ciudad. El Posto 9. poca distancia de Rúa Vinícius de Moraes recibe el nombre de Garota de Ipanema (como la famosa canción) y es donde se pueden admirar los cuerpos más musculosos y bronceados de la ciudad.
Esta zona también es conocida como el Cemetério dos Elefantes debido a los viejos comunistas, hippies y artistas que la frecuentan. Frente a Rúa Farme de Amoedo la playa de Ipanema es conocida como Bolsa de Valores o Crvstal Palace (esta es la zona gay), mientras que el Posto 8, más arriba, está dominado por los chavales de las favelas. Arpoador. entre Ipanema y Copacabana. es el enclave de surf más popular de Río.
Copacabana
Enmarcada por montañas y un mar de color azul profundo y considerada como una de las mejores playas de Rio de Janeiro traza una curva de 4.5 km entre sus dos extremos. Símbolo del antiguo glamour de Rio de Janeiro, Copacabana es hoy un lugar caótico pero fascinante, con edificios de estilo art déco, decadentes hoteles en primera línea de playa y callejuelas arboladas que conforman el escenario de una mezcla salvajemente democrática de turistas, cariocas de clase media y gente de las favelas de las colmas que rodean el barrio.
A pesar de sus aspectos negativos, el lugar no ha perdido su encanto, y los antiguos botecos (pequeños bares al aire libre), restaurantes eclécticos, vibrante vida callejera y bella playa aún embelesan a los visitantes. La larga y magnífica Playa de Copacabana siempre presenta una imagen frenética: futboleros pasados de rosca que cantan el himno de su equipo, cariocas y turistas que hacen cola para comprar caipiriñas en los quioscos, chicos de las favelas que muestran sus habilidades con la pelota y vendedores de playa que se abren camino entre la masa de cuerpos bronceados.
Cerca de la Playa de Copabacana hay otros lugares turisticos para visitar en Rio de Janeiro como serían el Museo Histórico del Ejercio o Forte de Copacabana y el Forte Duque de Caxias.
Monumento Cristo Redentor – Cosme Velho
Al oeste de Laranjeiras. es uno de los barrios más visitados de Rio de Janeiro aunque solo sea por la estatua del Cristo Redentor que se erige sobre sus calles.
En la cima del Corcovado, a 710 m de altitud, de noche, la gran estatua (38 m de altura y 1145 toneladas) de Jesús con los brazos abiertos, iluminada y se ve desde casi todos los rincones de la ciudad. El Corcovado está dentro del Parque Nacional da Tijuca. La forma más popular de subir al Cristo Redentor es tomar el tren rojo de vía estrecha, que sale cada 30 min y tarda unos 20 min.
A la estación base del tren cremallera se llega con cualquier autobús a «Cosme Velho». p. ej.. el n° 583 desde Copacabana. Ipanema o Leblon. Para subir en microbús, estos salen cada 15 min desde Pameiras (25 BRL aprox.) y la estación del tren cremallera (8.00-19.00 verano, hasta 18.00 resto del año).
Urca
Las tranquilas calles sombreadas de Urca brindan un agradable descanso del ajetreo urbano. El barrio está compuesto por una mezcolanza de estilos arquitectónicos y jardines inmaculados por los que pasean sus residentes. A lo largo del espigón que forma el perímetro noroeste del Pan de Azúcar, los pescadores se hacen a la mar mientras que las parejas, tumbadas bajo las palmeras, disfrutan de las vistas de la Baía de Guanabara y el Cristo Redentor a lo lejos.
La pequeña Praia Vermellia. en el sur. tiene una de las mejores panorámicas de la costa de Río de Janeiro. Alli empieza un corto pero espectacular sendero. Dos teleféricos funcionan en la montaña. El primero sube hasta el Morro da Urca (220 m). con vistas a la Baia de Guanabara y el serpenteante litoral: en el lado de mar de la montaña está la Praia Vermelha.
El segundo teleférico lleva hasta lo más alto, con la ciudad que se despliega a los pies, el Corcovado con el Cristo Redentor al oeste y la playa de Copacabana al sur. Ambos teleféricos salen cada 30 min. Quienes prefieran tomar el camino más largo hasta la cuna, pueden apuntarse a uno de los circuitos de escalada que trepan por las paredes de granito de la montaña, organizados por varias empresas de la ciudad.
Estadio de fútbol de Maracaná – Flamengo
Flamengo, fue el barrio residencial más elegante de Rio de Janeiro hasta la apertura del túnel a Copacabana en 1904. A lo largo de paseos flanqueados de árboles, restaurantes de otra época y bares históricos aguantan junto a fragantes bares de zumos y cibercafés en los que suena Música Popular Brasileña. También acoge el gran Parque do Flamengo con vistas a una bonita, pero demasiado contaminada playa para bañarse.
Para una experiencia casi psicodélica se aconseja asistir a un partido en el templo brasileño del futbol, el Estadio de Maracaná. Los encuentros que se disputan en él se cuentan entre los más apasionantes del mundo, sobre todo cuando se enfrentan los equipos locales Flamengo. Vasco da Gama. Fluminense o Botafogo. El Estadio de Maracaná se vio sometido a una costosa renovación para acoger la Copa del Mundo de Fútbol del 2014. Hay partidos durante todo el año. normalmente los sábados o domingos (16.00 o 18.00) o los miércoles o jueves (aprox. 20.30).
La ciudad de Rio de Janeiro cuenta con una amplia variedad de alojamientos, incluidos hoteles todo incluido, albergues. B&B y numerosos bloques de apartamentos a lo largo de Copacabana. Para estar en pleno centro de la acción, y pagar por ello Ipanema o Leblon ofrecen hermosas playas y restaurantes excelentes, muchas tiendas y animada vida nocturna.
Copacabana es más popular, con hoteles economicos y baratos también cerca de la playa (y de Ipanema en autobús o taxi). Como alternativa a la playa, conviene echar un vistazo a las pensiones coloniales de Santa Teresa, un barrio que además queda cerca de la fantástica vida nocturna de Lapa. En otras zonas a lo largo de la línea de metro (Botafogo. Flamengo y Catete) los precios de los hoteles suelen ser más asequibles que en los barrios playeros del sur.
Los precios de los hoteles en Rio de Janeiro aumentan un 30% en verano y se doblan y hasta triplican para Nochevieja y Carnaval, cuando, además, la mayoría de hoteles, incluidos los albergues, exigen estancias mínimas de cuatro días o más. Algunos hoteles en Rio de Janeiro añaden un 15% en concepto de servicio e impuestos, aunque los más baratos normalmente no lo aplican.
En los últimos años Río de Janeiro se ha vuelto un poco más seguro, aunque la criminalidad todavía es un grave problema y los turistas a veces son víctimas de los delincuentes. Para minimizar los riesgos, es importante tomar algunas precauciones básicas, como las de vestir discretamente y no llevar joyas caras (oque lo parezcan) ni relojes o gafas de sol de marca.
Pese a que la policía patrulla por las playas de Copacabana e Ipanema. aún se registran robos en la arena, incluso en pleno día. por lo que no hay que llevar jamás nada de valor encima. Entrada la noche, no hay que pasear por la playa. Lapa y Santa Teresa son otras zonas que vale la pena visitar, aunque también sufren su cuota de delincuencia.
Hay que evitar las calles desiertas: lo más seguro es limitarse a las áreas más transitadas. Los autobuses son objetivos claros de los ladrones. Conviene evitarlos por la noche y estar siempre atento en cualquier trayecto. Por la noche se aconseja recurrir a los taxis (y nunca entrar en un automóvil sin distintivo de taxi) para evitar caminar por calles y playas vacías.
Esta recomendación es fundamental en el Centro de Rio de Janeiro, que se queda desierto en cuanto oscurece y los fines de semana, por lo que habrá que limitar su exploración a las horas de sol entre semana. Hay que acostumbrarse a llevar encima el dinero justo para el día y nunca mostrar demasiados billetes a la hora de pagar algo.
Las cámaras y las mochilas llaman también mucho la atención. Las bolsas de la compra de plástico permiten adivinar mejor lo que se lleva dentro. En la visita al estadio de Maracaná, solo hay que llevar encima el dinero que se vaya a gastar ese día y evitar las
secciones más abarrotadas. Algunos viajeros prefieren ir con un grupo organizado. Si se sufriera un atraco, jamás hay que ofrecer resistencia: en Río de Janeiro los ladrones no se andan con remilgos a la hora de recurrir a la violencia.
Como no podía ser de otra manera hay mucho que ver y hacer en Rio de Janeiro y si una de las fechas que más turistas recibe a lo largo del año es durante el Carnaval y del cual ya hablamos en un anterior articulo (Carnaval de Rio de Janeiro) y que puede ser de tu interés si vas a disfrutar de unas vacaciones en Brasil.