Si estás pensando en unas vacaciones en Creta, esta isla te ofrecerá playas paradisíacas, historia, cultura, gastronomía mediterránea y aventura, uno de los lugares turisticos de Grecia para disfrutar en unas excelentes vacaciones.
Vacaciones en Creta – Turismo y playas paradisíacas
Gracias a su posición equidistante con Asia, África y Europa, Creta se convirtió en un nexo de las rutas comerciales que cruzaban el Mediterráneo, en la cuna de la primera civilización europea y en un enclave estratégico para más de un imperio y sobre todo uno de los sitios que visitar en Grecia imprescindibles
El viajero hallará un excepcional patrimonio arqueológico y natural, pero adentrarse en la isla de Creta no resulta fácil: más de mil kilómetros de costa, un paisaje abrupto y cambiante, con más de 40 picos de 2.000 m de altura y una red de carreteras precaria hacen de ella un auténtico laberinto.
Esta peculiaridad es la razón por la que la isla mas grande de Grecia ha preservado un carácter propio y rincones intactos pero también es verdad que es una de las islas de Grecia mas bonitas para ir de vacaciones.
Que ver en Heraklion
Gracias a los vuelos directos a Creta desde Madrid, Barcelona o Bilbao, lo más seguro es que el primer pie en la isla de Creta lo pongamos en Heraklion, la antigua Candia, antiguo nombre de la isla de Creta. Capital de la isla desde 1971, ofrece un buen ejemplo de típica ciudad griega, construida al libre albedrío de su habitantes, donde se entremezclan vestigios del pasado con edificios de toda índole.
Dominado por la fortaleza Koules, el puerto de la Candia del medievo abriga una de las mayores flotas pesqueras de la isla. El fuerte que erigieron los venecianos en el siglo XIII para protegerse de las incursiones enemigas acoge hoy exposiciones y, en verano, conciertos en la terraza superior.
Su visita sirve de primer contacto con la cultura que se desarrollo en la isla de Creta antes de adentramos por la calle 25 de Agosto. Esta vía peatonal de estilo neoclásico conduce al pie de la iglesia de San Tito. De culto ortodoxo (religión oficial del país), sus formas revelan que también funcionó como mezquita.
Continuando por la misma calle pasamos frente a la Lonja, donde los mercaderes de antaño intercambiaban productos y que ahora alberga el Ayuntamiento. La cercana plaza de los Leones se confirma como un lugar perfecto para sentarse a disfrutar de un plato de lucumades (buñuelos) con una botella de rakí, el aguardiente isleño.
Tras esta etapa gastronómica la tarde puede dedicarse a conocer la magnífica colección que el Museo Arqueologico de Creta en Heraklion exhibe sobre la civilización minoica (tercer milenio a.C.). Se la considera la primera civilización del Mediterráneo y de Europa ya que, aparte de desarrollar un pequeño imperio marítimo, fue la primera del continente en utilizar un alfabeto, el «lineal A» -aún por descifrar-, y luego llegó a Micenas otro, el «lineal B», antecesor del griego.
Con esta introducción ya estaremos preparados para ir en busca de la historia de la isla de Creta, cuyos yacimientos se encuentran esparcidos por toda la isla. Destacan los palacios de Cnosos (en el norte), Festos (en el sur) y Zakros (en el este).
A solo un kilómetro de la capital, el palacio de Cnosos fue descubierto por el arqueólogo inglés Arthur Evans a inicios del siglo XX. Animado por los mitos y las leyendas recogidas sobre los antiguos isleños, Evans halló en 1.900 los restos del palacio minoico más importante e inició su reconstrucción.
Con un resultado no libre de críticas por el excesivo intervencionismo, la visita al palacio de Cnosos o Knossos no deja ninguna duda acerca del esplendor de aquella civilización. Según la mitología, el palacio albergaba el laberinto del temible Minotauro, un ser mitad toro mitad hombre que devoraba jóvenes y que acabó vencido por Teseo, quien logró salir del laberinto gracias al hilo que le dio Ariadna, la hija del rey Minos.
La acogedora Chania es la otra ciudad de la isla de Creta y una de las ciudades para visitar en Grecia que bien merecen destinarles un día de nuestras vacaciones. También se localiza en la costa norte, pero en su extremo occidental.
Aquí la huella veneciana (siglos XIII-XVII) y otomana (XVII-XX) están aún muy presentes. Por eso un paseo por la ciudad antigua sorprende, por ejemplo, con el campanario y minarete de la iglesia de San Nicolás, en la plaza Splantzia; o con el edificio en forma de bóveda del antiguo hamam, en el mismo puerto; o de repente, en la parte alta de las murallas, con una sinagoga aún en activo.
Al pasar frente a una taberna es posible que tengamos la sensación de haberla visto antes, quizás en una escena de Zorba el griego. Porque, aparte de que Nikos Kazantzakis, el autor de la novela, era cretense, la película se rodó en Chania y sus alrededores. No resulta extraño que así se hiciera pues esta zona reúne la naturaleza más cambiante de la isla, con propuestas para todos los gustos.
Las más exigentes que busquen excursiones en Creta tal vez quieran subir a la cima nevada de la segunda montaña más alta de la isla de Creta, el Levká Orí (2.440 m), y bajar la garganta de Samaría, cuyos 16 km la convierten en la más larga de Europa. Reserva de la Biosfera y protagonista del Parque Nacional de las Montañas Blancas, el cañón de Samada desciende al mar encajándose cada vez más hasta alcanzar un ancho de solo tres metros en las llamadas Puertas de Hierro.
Más descansado resulta tomar el barco a la coqueta población de Loutro, un conjunto de casas blancas que fue escondite de piratas antes de pasar a ser puerto veneciano y luego turco. Aunque si lo que buscamos es una escapada paradisíaca, nada como llegar en barco a la pequeña isla de Gramvousa, bañarse en sus aguas de arena rosada y contemplar la puesta de sol desde la laguna de Balos; o, por qué no, perderse por la playa de Elafonisi una de las mejores playas de Creta y sentir que no hace falta ir al Caribe para disfrutar de aguas cristalinas.
Rethymno
Rethymno, a medio camino entre Chania y Heraklion, aparece en la costa norte como otro regalo de la isla de Creta. Libre de las aglomeraciones estivales de otros enclaves, Rethymno invita a perderse por calles donde se palpa la herencia veneciana y turca, pasear por el animado puerto y admirar la fortaleza erigida por los venecianos en 1773.
Por mucho que seduzca el casco antiguo, conviene salir de él para lanzarse a explorar la provincia de Rethymno. Si lo que queremos es una buena zambullida en el mar, cerca de la ciudad hay quizás algunas de las mejores playas de Creta como las de Platanias y Panormos. Pero a 30 km al sur podemos encontrar una de las más sensacionales y paradisíacas playas de creta, la de Preveli, con un bosque de palmeras y un río que forma un pequeño lago.
Aprovechando que nos hallamos en esta región, realizamos una parada en la población de Spili (a 30 km) para ver sus fuentes con cabezas de león del período veneciano y, especialmente, para degustar algunos de los platos de la cocina cretense.
Dentro de la gastronomía de Creta había que destacar desde la famosa ensalada griega con un buen trozo de queso feta, un plato de jorta (verdura local) y un dolmadakia (arroz envuelto con hojas de parra), hasta el cordero (arni), el plato estrella en toda celebración isleña.
Volvemos a encontrarnos con la historia en el monasterio de Arkadi, a 23 km de Rethymno. Este recinto amurallado, rodeado por un paisaje de viñas, olivos y bosques de pino, roble y ciprés, representa un importante símbolo de la resistencia cretense contra la ocupación otomana.
Allí dejaron la vida 964 personas que prefirieron inmolarse antes que rendirse a los turcos. Declarado por la Unesco Monumento Europeo a la Libertad, la mayoría de sus edificios son de origen románico o fueron erigidos en el siglo XVI.
El centro de la isla de Creta es un enclave repleto de mitos. Desde la pintoresca meseta de Lasithi se accede a la gran cueva donde nació Zeus, siguiendo un empinado sendero que también puede recorrerse a lomos de mula. Más al oeste se alza el monte Psiloritis (2.456 m), techo de la isla, en otra de cuyas cuevas se dice que pasó Zeus su infancia.
Descendiendo de ella se llega a Anogia, una aldea de montaña que posee la mayor cantidad de músicos por metro cuadrado de la isla -es muy posible que en verano coincidamos con la celebración de alguna boda en su plaza mayor-. Recorriendo el laberinto isleño, sorprende la cantidad de carteles que promocionan a los músicos locales.
Y es que en la isla de Creta, la música tradicional (kritiká) cuenta con una vitalidad difícil de hallar en otras zonas del país. bus interpretes gozan de un gran reconocimiento y no hay fiesta o celebración (glendis y patiygiris) que no cuente con música y baile. Un magnífico colofón para el viaje a Creta uno de los lugares turisticos de Grecia que cada año atrae a miles de turistas
Esperamos que esta pequeña guia de Creta te sea de ayuda para disfrutar de esta maravillosa isla, de su benigno clima, de su historia, mitología, gastronomía y como no, de las mejores playas de Creta.
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